Saturday, 25 November 2017

Prueba Porsche 911 GT3


A partir de ahora iremos traduciendo pruebas al español de varias revistas inglesas y norteamericanas. En este caso, hemos decidido traducir la prueba que ha hecho Greg Kable para Autocar sobre el nuevo Porsche 911 GT3.



Como sus predecesores, este coche ha sido construido para usarlo principalmente en circuito y para transmitir sensaciones que son inigualables. Ya el exterior nos deja claro de que no se trata de un 911 cualquiera, ya que toma un kit de carrocería similar al usado por su homólogo, el 911 RSR en competiciones como Le Mans o Spa. Para empezar, se ha sobredimensionado el paragolpes delantero, que junto a un nuevo splitter ayuda a mejorar la aerodinámica de esta nueva versión. Los cambios no se limitan ahí, pues se ha aumentado el ancho de vía s en el eje trasero para conseguir un coche más aplomado en conjunto.



La trasera está dominada por un nuevo alerón con tomas de aire para el motor trasero, y un parachoques equipado con difusor que genera fuerza descendente que mantiene pegado el coche al suelo. La estructura básica está heredada del 911 Carrera S, con aluminio en el techo, puertas, alerón y motor. Pese a todo esto, este GT3 es 30 Kg más pesado que su antecesor, llegando a los 1430 Kg, y la culpa de este aumento radica en que es 118 mm más largo y 44 mm más ancho. Sin embargo, se ha aumentado en un 25% la rígidez del chasis, lo que debería llevar a un comportamiento más deportivo.



Así que es más pesado, pero este aumento de peso también ha redundado en una espectacular mejora en los acabados del interior del coche, que presentan una evolución parecida a la del Carrera. Los materiales han mejorado notablemente su calidad en el cuadro de mandos y en la consola central. Otra cosa que llama la atención es lo completa de su instrumentación, que se encuentra presidida por un enorme cuenta revoluciones que tiene su zona roja en unos salvajes 9000 revoluciones por minuto. Por otra parte, no hay nada que objetar respecto a los ligeros asientos de fibra de carbono, los cuales sujetan muy bien, así como los bonitos pedales fabricados en aluminio. También es de agradecer a Porsche que haya mantenido el climatizador bizona que comparte con el 911 Carrera.




Ponemos la llave en el contacto y e l increíble motor boxer de 6 cilindros cobra vida con un  sonido bronco que trata de imitar al de los 911 originales, refrigerados por aire. Si este increíble sonido te parece poco, siempre puedes pulsar el botón que hay en la consola central, el cual mejora todavía más este rugido.



Llega la hora de ponerse al volante en el circuito que tiene Porsche en Zuffenhausen. Para empezar, la dirección, pese a ser electrónica, transmite bien lo que pasa bajo las ruedas, mientras la caja de cambios de doble embrague cambia de marcha de forma escandalosamente rápida. En cuanto a las suspensiones, son casi perfectas, y responden a las mil maravillas en circuito. Otra cosa destacable con la que cuenta este coche es que equipa un elevador de frontal, algo útil para superar badenes sin dejarte piezas por el camino.



Salimos del circuito y llegamos a la Autobahn. Allí llegamos a alcanzar los 250 Km/h, algo que revela otro punto fuerte de este coche: el motor, en esta versión, el Boxer de 6 cilindros atmósferico, que de 3.8 litros de cubicaje entrega 450CV a 8250 rpm, todo ello a las ruedas traseras.



En resumen, este coche es casi perfecto, sin embargo, creo que Porsche ha hecho un error al no ofrecer una caja de cambios manual en esta versión ni siquiera opcionalmente. Aquí dejo un video resumen de la prueba.

Ver la prueba completa en inglés aquí.